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Cuando pensamos en moda británica, generalmente se nos suele venir a la mente un estilo clásico, formal, con toques preppy, donde la sastrería es una de las piezas clave y la elegancia marca tendencia. Pero lo cierto es que Alexander McQueen, uno de los diseñadores más famosos de la isla británica, es totalmente lo opuesto a lo establecido. Considerado uno de los modistos más provocadores y polémicos del siglo pasado, Alexander McQueen fue todo un revolucionario, rompiendo con el régimen establecido por Margaret Thatcher en su país de origen. Todo un ejemplo de que la moda es capaz de reivindicar y utilizarse como altavoz de nuestras ideas.
A continuación, la corta pero intensa vida del gran modisto, ¿te la vas a perder?
Primeros años y sus pinitos en el mundo de la moda
Lee Alexander McQueen es el nombre de nacimiento del gran modisto británico, nacido en Londres en el año 1969. Hijo de un taxista y una ama de casa, posteriormente profesora, y el más pequeño de seis hermanos.
Desde bien pequeño su sueño siempre fue formarse un nombre en el mundo de la moda, razón por la que constantemente buscaba información acerca de esta temática en libros y revistas.
Dada su ambición y sus ganas por empezar a formar parte de un sector tan exclusivo, McQueen dejó los estudios con tan solo 16 años, en 1985, para dedicarse a aprender el negocio en una importante sastrería conocida como Anderson & Sheppard.
Dos años más tarde, en 1987, se mudó a Milán, donde comenzó a trabajar bajo el mando del diseñador Romeo Gigli.
Ya iniciado en el mundo de la moda, McQueen decide matricularse en un postgrado de moda en la universidad londinense de Central Saint Martins, donde se graduó en el año 1992 con una impresionante colección basada en Jack el Destripador. Fue el gran impulso que necesitaba su carrera como diseñador, ya que a aquel estreno acudió, nada más y nada menos que, la por aquel entonces editora de la versión británica de Vogue, Isabella Blow.
Nacimiento de una estrella y su apoteósica carrera
Su primera colección no solo marcó el inicio del trabajo exquisito que ofrecería durante los siguientes años, sino que además fue una declaración de intenciones en cuanto a sus gustos y el estilo que predominaría a lo largo de su carrera. Y es que, como muchos otros artistas coetáneos, también británicos, la figura de Tatcher llevó a determinar la actitud alborotadora, polémica e inconformista del diseñador. Una revolución frente al sistema establecido a través de la moda.
La ya mencionada Isabella Blow se convirtió en una de las figuras más importantes de la carrera de McQueen y es que quedó tan sorprendida con su primera colección que la adquirió por completo, ofreciendo al joven diseñador la confianza y el respaldo económico que necesitaba para lanzar su propio proyecto, que llevaba su nombre.
Después de graduarse en moda, la primera colección profesional de Alexander McQueen, la cual correspondía a la temporada otoño-invierno 1993/1994, tuvo el nombre de Taxi Driver.
Pero no fue hasta su quinta colección, Highland Rape, cuando la polémica llegó a la vida y la carrera del artista.
La revolución iniciada por su trabajo se trasladó también a su vida privada, estando considerado como uno de los diseñadores de moda más enigmáticos, ya que poco se sabía de su día a día alejado de las pasarelas. Por este motivo, poco se puede hablar de la vida de Alexander sin referirnos a su carrera profesional.
En el año 1996, tras cosechar grandes éxitos con su marca personal, compaginó sus creaciones con su puesto como director creativo de Givenchy, donde trabajó durante cuatro años y medio, diseñando cuatro colecciones anuales, dos de ellas prêt-à-porter y las dos de alta costura fijadas por la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne.
En el año 2000, Alexander deja la dirección de Givenchy y vende el 51% de Alexander McQueen al grupo Kering, con el fin de centrarse en su propio trabajo.
Triste y enigmático final para uno de los más grandes modistos británicos
La decadencia a nivel personal del diseñador comienza en el año 2007, cuando su musa y mentora, Isabella Blow, se quita la vida.
A ella dedicó una de sus últimas y más impresionantes colecciones, La Dame Bleue, presentada para la temporada primavera/verano 2008.
Dos años más tarde, en febrero de 2010, fallece la otra mujer de su vida, su madre, hecho que desembocó, en tan solo una semana, en la trágica muerte del diseñador, que decidió quitarse la vida el 11 de febrero de 2010, con tan solo 40 años de edad.
Has sido numerosos los reconocimientos obtenidos por el propio McQueen tras su temprana muerte, por lo que se puede determinar que cumplió su gran sueño desde niño: ser alguien en el mundo de la moda.
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