La magia de la cosmética. Desde bien pequeña, siempre he sentido debilidad por la cosmética. Me gustaba quedarme los frasquitos vacíos de colonia de mi madre para después jugar a las “tenderas”, y despachar productos a mis hermanas o a otras niñas. Los recipientes de las cremas vacías los usaba para jugar en verano llenándolos de agua e inventándome mezclas.…