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¿Qué es la cavitación?.
¿Quieres saber lo que es la cavitación? En ocasiones anteriores ya os he hablado sobre distintas técnicas de cirugía estética, sobre todo acerca de aquellas que no requieren ningún tipo de intervención quirúrgica como tal, como es el caso de la liposucción no invasiva o la presoterapia.
En el post de hoy quiero hablaros de otra técnica muy utilizada en la actualidad y con resultados increíbles, la cavitación, capaz de eliminar la grasa localizada a través del uso de ultrasonidos.
La principal ventaja ligada a este procedimiento, aunque no es la única, es que nos ofrece unos resultados similares a los de una liposucción, pero sin necesidad de someterse a una operación como tal.
A continuación, os cuento todo lo que necesitáis saber acerca de este tipo de tratamiento, no te pierdas ningún detalle.
¿En qué consiste el procedimiento?
La técnica de cavitación se basa en el uso de ultrasonidos con el fin de diluir las células de grasa, para facilitar su expulsión a través del sistema linfático o de la orina.
Antes de comenzar con una sesión de cavitación es necesario delimitar la zona a tratar, aplicando gel en la misma para facilitar el desplazamiento de los aparatos que se deben utilizar.
Debes saber que, a pesar de que los resultados son visibles desde las primeras sesiones, suelen ser necesarias entre seis y doce, en función de cada caso concreto, con el fin de conseguir los mejores resultados posibles. Cada una de las intervenciones tienen una duración en torno a 20-40 minutos y se suelen llevar a cabo una vez por semana.
Además, al tratarse de una técnica tan poco invasiva, se puede combinar con otras técnicas, como el drenaje, la presoterapia u otro tipo de masajes que ayuden a facilitar la eliminación de las células grasas.
Pero, ¿Cuáles son los resultados principales que nos ofrece este procedimiento?
Principalmente, nos ayuda a que nuestra piel recupere su aspecto joven y saludable, además de los siguientes beneficios:
- Ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
- Cuando se combina con el drenaje linfático es capaz de eliminar las toxinas y la grasa acumulada.
- Incrementa el tono y la elasticidad de ciertos tejidos, especialmente la piel.
- Uno de sus principales usos se basa en la eliminación de la celulitis localizada y de la piel de naranja.
- Ayuda a regular el tránsito intestinal.
- Como incrementa la temperatura de la piel a través de los ultrasonidos, la cavitación ayuda a estimular la creación de nuevo colágeno y de fibras elásticas, razón por la que el aspecto de la piel en la zona tratada se ve tan mejorado.
Tipos de cavitación
En función de los aparatos utilizados para llevar a cabo el tratamiento, así como las necesidades de cada paciente en particular, se pueden llevar a cabo distintas técnicas de cavitación.
- Cavitación estable: en este primer método se utilizan ultrasonidos de baja frecuencia, los cuales son capaces de disolver las células adiposas de una zona en concreto. Es un procedimiento muy sencillo y se suele utilizar en aquellos casos en los que el paciente quiera deshacerse de la celulitis, la piel de naranja o la grasa localizada. Es la más utilizada de las tres opciones.
- Doble cavitación: en este caso se utilizan ondas de diferentes frecuencias, con el fin de producir microburbujas, a través del incremento de la temperatura interior del cuerpo, consiguiendo que estas estallen y conviertan el tejido adiposo en líquido.
- Ultracavitación: por último, el procedimiento de ultracavitación es capaz de ofrecer resultados similares a los conseguidos con las otras dos técnicas, pero usando ultrasonidos de baja frecuencia.
Ten en cuenta las recomendaciones para antes y después del tratamiento, así como las contraindicaciones
Debes saber que para conseguir los mejores resultados es importante beber abundante agua, alrededor de litro y medio cada día y seguir una dieta baja en calorías. También se aconseja realizar ejercicio de forma moderada entre cada una de las sesiones de cavitación.
Además, después de cada una de las intervenciones, se aconseja someterse a un tratamiento de drenaje para facilitar así la eliminación de la grasa diluida.
A pesar de los pocos riesgos que supone esta técnica tan sencilla, esta debe ser aplicada siempre por un especialista en medicina estética y en ningún caso se aconseja que esta sea utilizada por personas con las siguientes características:
- Pacientes con hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, insuficiencia renal o insuficiencia hepática.
- Personas que tengan implantado un marcapasos u otro tipo de dispositivos electrónicos.
- Mujeres embarazadas o en período de lactancia.
- Cualquier persona en zonas próximas a órganos importantes.
Además, debes tener en cuenta que la persona que eliges para someterte a este procedimiento cuenta con la preparación necesaria, puesto que si las máquinas no se utilizan de la forma correcta pueden llegar a causar quemaduras y ampollas.
También pueden llegar a aparecer hematomas leves y rotura de algún capilar de tamaño pequeño, pero estos efectos secundarios son más comunes y menos problemáticos.
Como siempre que os hablo acerca de este tipo de técnicas, no puedo finalizar el post sin comentaros que antes de tomar la decisión y de someteros a cualquier tipo de tratamiento de estas características, es sumamente importante ponerse en contacto y pedir la opinión de un profesional.
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