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La dieta baja en sodio es un tema controversial, muchos profesionales de la salud la recomiendan, otros solo la indican para personas que sufren hipertensión o algún desorden metabólico.
Lo cierto, es que este tipo de alimentación restringe el consumo de sal, un ingrediente al que se le atribuyen efectos negativos para la salud, pero ¿todos debemos reducir su ingesta?, ¿el sodio realmente afecta nuestro bienestar?
Sigue leyendo y descubre toda la verdad acerca de la dieta sin sal.
¿Qué es la dieta baja en sodio?
La dieta baja en sodio es aquella que reduce el consumo de sal. Aunque el sodio es un mineral importantísimo en nuestra dieta, como todo, en exceso es malo.
Es muy común que se pida reducir su ingesta en personas con padecimientos renales, hipertensión y afecciones que provocan retención de líquidos. Igualmente, moderar su consumo nos previene de varios tipos de enfermedades.
Ahora bien, esta dieta no solo propone disminuir la sal que le ponemos a la comida, ya que el sodio se encuentra como conservante en muchos productos empaquetados y cuando los consumimos en exceso, aportamos altos niveles de este mineral a nuestro organismo. Esta es una de las razones, por las que un gran aliado de esta dieta son los productos naturales, evitando o disminuyendo los ultraprocesados.
La sal, un mineral esencial para nuestro organismo
La sal es popularmente utilizada para realzar el sabor de las comidas, sin embargo, esta no es su única función.
Este elemento es el que nos proporciona el sodio que requiere nuestro organismo para regular la cantidad de fluidos corporales, controlar el pH sanguíneo e introducir el agua en el interior de las células. Además, es un mineral esencial para las conexiones nerviosas y el equilibrio de electrolitos.
Una dieta sin sal extrema podría ocasionar hiponatremia, un trastorno por déficit de sodio que se manifiesta con los siguientes síntomas:
- Náuseas
- Dolor de cabeza
- Fallas hepáticas o renales
- Hipotiroidismo
- Irritabilidad
- Mal funcionamiento del sistema circulatorio
¿Cuánta sal debemos consumir?
No hay una respuesta absoluta, ya que todos somos diferentes, y tenemos requerimientos individuales según el grado de actividad, edad, sexo y condiciones médicas asociadas.
La Organización Mundial de la Salud, indica que una persona sana debe consumir entre 3000, y 6000 mg al día, lo que representa 1,5 a 3,5 cucharaditas. También señala que, las personas que sudan mucho y son más activas físicamente deben consumir un rango superior, mientras que los sedentarios deben seguir una dieta baja en sal.
El consumo de sal en exceso es la principal causa de enfermedades crónicas, alteraciones en los riñones, retención de líquidos, aumento de peso, daño en la microcirculación y complicaciones en el corazón.
¿Cómo hacer una la dieta baja en sal?
La dieta baja en sodio, también conocida como dieta hiposódica, recomienda eliminar la sal por completo en personas que padecen hipertensión u otras enfermedades crónicas.
En caso de estar completamente sanos, no se debe exceder los 3000 mg de al día, de esta forma se evita tanto el déficit y como el exceso de sodio en el cuerpo.
Recomendaciones
1. Disminuir el uso de la sal
Si quieres comenzar una dieta hiposódica, lo primero será reducir la sal que usas a la hora de cocinar, agrega la cantidad justa y cuando vayas a comer retira la sal de la mesa para evitar sobrepasar la dosis diaria.
Si te parece que la comida sin sal no sabe a nada, intenta usar otro tipo de condimentos con bajo contenido en sodio como, por ejemplo, romero, orégano, canela, pimienta, ajo y perejil.
2. Escoge alimentos orgánicos
Los productos naturales son bajos en sal, por eso en esta dieta se incluyen todo tipo de frutas y verduras. Las legumbres como, garbanzos, frijoles, alubias y lentejas son productos aptos, siempre y cuando sean frescos y no enlatados.
La carne, el pollo, los huevos y el pescado son las proteínas de origen animal más adecuadas para esta dieta. Pero a la hora de comprarlas debes fijarte que sean 100% orgánicas, evitando los embutidos, salazones, rebozados, etc.
3. Lee el etiquetado de los productos
Presta atención a las etiquetas para identificar qué productos son altos o bajos en sal. El etiquetado refleja el valor energético, los nutrientes y los miligramos de sal.
Recuerda que aquellos alimentos procesados, envasados, enlatados y congelados poseen un alto porcentaje de sodio.
Beneficios de la dieta baja en sodio
- Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares: al reducir el consumo de sal en las comidas, se regula la presión arterial y, por tanto, se ayuda a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Mejora la digestión: El exceso de sal en la dieta puede hacer que el cuerpo retenga agua, lo cual provoca gases y malestar estomacal. Si se disminuye la ingesta de sal, favorecemos la digestión y aliviamos la hinchazón.
- Ayuda a mantener un peso saludable: Cuando comemos menos sal, evitamos la retención de líquidos, la inflamación y la acumulación de grasa.
- Promueve el buen funcionamiento de los riñones: El consumo de sal mínimo facilita el proceso depurativo de los riñones.
- Ayuda a mantener una piel saludable: El tejido dérmico se desinflama, mejorando su apariencia y flexibilidad.
¿Qué opinas de esta dieta? Si quieres comenzar a implementarla no olvides consultar antes con un experto en salud.
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